Emprendedor: Aquel que abre senderos

Desde las grandes campañas de conquista de Alejandro Magno hasta las extraordinarias innovaciones de Nikola Tesla, el ser humano siempre ha tenido el espíritu de crear su propio camino, de emprender el vuelo hacia sus sueños. Actualmente, podemos apreciar este tipo de hazañas en el mundo del emprendimiento. Si bien ya no conquistamos grandes extensiones territoriales y estamos totalmente acostumbrados a los avances tecnológicos, el hecho de crear un proyecto para generar impacto dentro de un segmento de mercado supone un reto de esta índole con las pinceladas características de la época en que vivimos.

Pero, más allá de verlo como un acto “heroico”, ¿qué tiene de especial ser emprendedor? ¿qué hay en la mente de aquel amante del riesgo que decide crear su empresa?
Al inicio, siempre el que ve una perspectiva distinta es un loco, un soñador nada más. Muy pocas personas toman en serio una idea apenas gestada que está en proceso de ser implementada. Sin embargo, la mente de quien toma esta decisión vive adelantada en el tiempo, pues tiene una visión clara de cómo será la realización de sus planes, de cómo será la materialización de esta idea.

Ahí es donde radica lo interesante del juego mental de emprender, en esa capacidad de visualizar la empresa totalmente desarrollada, aunque el comienzo sea en una oficina pequeña o una simple cochera, y a veces menos que eso. Siempre se ha dicho que sin riesgos no hay ganancias, en este terreno los emprendedores son maestros, pues muchas veces arriesgan todo a sabiendas que hay una gran probabilidad de perderlo.
Pero siendo francos, eso es lo que vuelve interesante al proceso, estas historias empresariales llenas de retos son las que nos inspiran, y esto es lo que vuelve especiales a aquellos que se adentran en el mundo del emprendimiento; son quienes cambian las cosas, los que abren senderos, son los que crean nuevas oportunidades.
El camino es distinto para todos, pero si dentro de nuestro ser existe el fuego interno de emprender, ¿por qué no hacerlo? ¿por qué no ser parte de este grupo de locos soñadores?